jueves, 7 de abril de 2016

BREVE ANÁLISIS SOBRE EL PROCESO DE TREGUA ENTRE PANDILLAS(PRIMERA ENTREGA)


INTRODUCCIÓN.
La tregua entre pandillas, fue y está siendo criticada duramente por sus diversos detractores, llámense empresa privada, partidos políticos, analistas y tanques de pensamiento, algunos alegando que las pandillas se potenciaron, adquirieron una mejor organización, se adiestraron y se equiparon, afirmando que esto se ve reflejado en los ataques que están sufriendo en la actualidad los miembros de la PNC, Fuerza Armada, Custodios, Fiscales y Jueces, aduciendo además que las pandillas han logrado una mejor organización, planificación y una mejor logística (armas y medios).

Es importante señalar que dicha capacidad fue demostrada por las pandillas mucho antes de la tregua, existen registros de masacres, asesinatos contra elementos de las instituciones de seguridad pública, fuerza armada; es decir la población ya visualizaba y percibía la capacidad de organización, armamento y logística con que contaban las pandillas. Antes de la tregua se registraron muchos decomisos de fusiles, lanzagranadas, explosivos e inclusive lanzacohetes law que son de uso exclusivo de la fuerza armada, con lo cual estaban demostrando que contaban con la logística suficiente para incrementar sus actividades.

La llegada al Ministerio de Justicia y Seguridad Pública del General Munguía Payés y su estrategia de combate al crimen, aunado a los cambios efectuados por el Presidente Mauricio Funes en la PNC, Centros Penales, entre otros, conllevo a un combate más efectivo a las pandillas que eran consideradas en ese momento como el causante del 90% de los homicidios; lo que  se vio reflejado en una disminución drásticas de hechos violentos. En ese contexto surge el compromiso de las dos principales pandillas de establecer una “Tregua entre pandillas”, comprometiéndose a disminuir los homicidios y a un desarme paulatino como una muestra de contribuir al progreso del país, lo que conllevo a  una disminución palpable de los homicidios durante los años 2012 y 2013.

A pesar de registrarse una disminución en los homicidios y hechos de violencia, los medios de comunicación, analistas y políticos de oposición, empresa privada, se empeñaron en atacar el proceso de tregua que el Gobierno estaba acompañando, ya que su principal interés era hacerlo fracasar con la finalidad de hacer quedar mal el acompañamiento que se le dio al proceso debido que la población empezaba a percibir la baja de hechos violentos y esto representaba una amenaza política para la derecha salvadoreña, por lo que se inició una campaña señalando únicamente los elementos negativos en ella, señalaron primeramente algunas contradicciones en las declaraciones hechas por el entonces Ministro de Justicia y Seguridad Pública y la falta de transparencia gubernamental, principalmente en el traslado de reos considerados de alta peligrosidad a centros penales comunes, con lo que pretendían generar desconfianza en la población para golpear la credibilidad de las nuevas estrategias del Gobierno.



ANTECEDENTES.

Años 2009-2010.
Durante los años 2009 y 2010 se incrementaron de manera significativa los homicidios registrándose 4382 y 3987 respectivamente, de acuerdo a datos oficiales de la PNC, caracterizado en su mayoría por masacres que totalizaron 283 y 276 respectivamente y centralizándose en las ciudades de cinco departamentos, donde sobresale la quema de un microbús del transporte público con pasajeros en su interior en la ciudad de Mejicanos el 20 de junio 2010, donde murieron 17 personas. Hecho tras el cual muchos exigieron la destitución de los titulares de Seguridad, a lo cual se negó rotundamente el Presidente Funes.

Debido a esta coyuntura el Gobierno de Funes se ve obligado a reorientar su estrategia de combate a la delincuencia y fue así como en septiembre de 2010 es aprobada en la Asamblea Legislativa la Ley de Proscripción de maras, pandillas, agrupaciones, asociaciones y organizaciones de naturaleza criminal, la cual fue rechazada por muchos Jueces, debido a que la consideraban como una medida poco consensuada y difícil de aplicar.
Año 2011.
Este año inicia con un incremento de los homicidios por parte de las pandillas, identificando las autoridades 29 municipios de 5 departamentos como los más violentos, en ese sentido opositores y analistas exigen la destitución de las autoridades de seguridad quienes no ven la salida del túnel creado por la violencia, sin embargo con un galopante incremento delincuencial el 8 de noviembre de 2011, renuncia el Ministro de Seguridad Manuel Melgar, lo cual según analistas solo fue un formalismo ya que en su momento el Presidente ya le había pedido ceder el cargo, en base a las constantes exigencias de tanques de pensamiento, políticos y la empresa privada.

Mientras tanto las pandillas arreciaban sus acciones en contra de la población, buscando controlar mayor cantidad de territorio y al mismo tiempo trasladando sus crímenes al área rural, ya que en las ciudades más populosas había mayor persecución policial.

A pesar de no salir al conocimiento público el nombramiento del sustituto de Melgar, muchos medios especulaban sobre que un militar ocuparía el cargo, surgiendo voces a favor y en contra, muchos opositores opinaban que el nombramiento de un militar en Seguridad Pública suponía un retroceso y una violación al espíritu de los Acuerdos de Paz, pese a eso el 23 de noviembre de 2011, el General Munguía Payés asumió como Ministro de Justicia y Seguridad Pública, a lo cual muchos de los partidos políticos y empresarios le dieron su respaldo.

Los asesinatos y la actividad de las pandillas ya habían alcanzado cifras cercanas a las de 2009 a pesar de las acciones policiales y de los constantes patrullajes del Ejército, el Ministro Munguía Payes en una entrevista a la Prensa Gráfica el día 28 de noviembre de 2009, se comprometió a reducir el crimen en un 30%, al finalizar los primeros tres meses de su gestión. Al cierre del año 2011 se habían registrado 4,371 homicidios.

Año 2012.
Inicia con una fuerte operatividad policial y presencia del Ejército en las calles, centros penales y las fronteras (puntos ciegos), sin embargo la población percibía que las pandillas continuaban masacrando y extorsionando al pueblo salvadoreño, el 23 de enero, el Presidente Funes destituyó al comisionado Carlos Ascencio como director de la PNC y en su lugar nombró al General Francisco Ramón Salinas Rivera, quien ocupaba el cargo de Viceministro de la Defensa Nacional, ante cuestionamientos el Presidente respondió  "Lo elegí a él por ser un miembro relevante del gabinete, reconocido por sus compañeros, además, fue el primer jefe del escuadrón Zeus"; con todo lo anterior el Presidente Funes había realizado los cambios más relevantes en su nueva estrategia para combatir la violencia y la inseguridad.

De acuerdo a una publicación del 14 de marzo de 2012 el periódico digital El Faro aseguraba que el Gobierno negoció con pandillas la reducción de homicidios y en la misma señalaba la salida de 30 líderes de pandillas de la Cárcel de Máxima Seguridad. A partir de ese momento comienza el manejo mediático de la “tregua”, lo cual no era confirmada por ninguna autoridad, lo único observable era la disminución de un 5.3 % de los homicidios para ese mes.

Ya en el mes de abril los medios señalaron a Monseñor Fabio Colindres y al ex Comandante Guerrillero Raúl Mijango como mediadores entre las pandillas, en una declaración Monseñor señalo que “la baja de homicidios no solamente obedece al pacto entre las pandillas, sino que también al excelente trabajo del Ministro de Seguridad y Justicia”, aunque muchos medios, analistas, políticos y tanques de pensamiento aseguraban que la tregua, beneficiaba únicamente a las pandillas, porque les daba más libertad para movilizarse, extorsionar  y evitaba que se mataran entre ellos.

La PNC y Fuerza Armada continuaron con su accionar a nivel nacional capturando pandilleros y decomisando armamento, se redujeron los crímenes, sin embargo las extorsiones se mantuvieron, actividad muy difícil de medir y controlar; en noviembre de 2012 el gobierno anuncio la creación de los Municipios Santuarios, donde la población directamente viviera la pacificación montada hasta ese momento, sumándose Alcaldes de diversos partidos políticos, estos lugares vieron efectivamente una disminución sensible de la incidencia delincuencial y de los homicidios.

Este año fue marcado por un inicio violento, sin embargo al final del año la población salvadoreña percibió una disminución en los homicidios, siendo registrados 2,584 homicidios, 1,777 homicidios menos que el año anterior, tendencia que continuaría hasta el año 2013. Y aunque las cifras daban un buen resultado a las medidas implementadas por el gobierno, el manejo mediático de la situación manifestaba que a pesar que los homicidios disminuyeron, se incrementó el número de desaparecidos; extorciones, ataques a PNC y FA, estudiantes, manifestaban que las pandillas se fortalecieron y expandieron a mas territorios, además de fortalecerse en su estructura.


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