jueves, 14 de abril de 2016

INVESTIGACIÓN DE LA TREGUA ENTRE PANDILLAS
(VI ENTREGA)
El 13 de julio de 2012, las dos principales pandillas que se encontraban en el proceso de la tregua, entregaron simbólicamente 77 armas de fuego en la Plaza Gerardo Barrios ante la presencia de los mediadores, autoridades de seguridad pública y la supervisión del Secretario General de la OEA José Miguel Insulza.


Mismo acto se repitió el 27 de mayo de 2013, donde un representante de la OEA presencio la entrega de armamento.

Posterior a los eventos diversos medios de comunicación, partidos de oposición, tanques de pensamiento y empresa privada, aseguraban que las armas entregadas por los pandilleros estaban en mal estado y que le había hecho quedar en ridículo a las autoridades de seguridad pública.

Verificar el estado de las armas no es una tarea fácil, al igual que determinar su participación en hechos delictivos, principalmente por la cantidad de armas, sin embargo la Policía Nacional Civil ha logrado desvirtuar esas acusaciones.

Como salvadoreño responsable debemos pensar, si la mayor cantidad de asesinatos en este país se cometen con armas de fuego, cuántas vidas se salvaron con la entrega de dichas armas.

Que dicen los hechos.

¿LAS ARMAS ENTREGADAS POR PANDILLEROS ERAN INSERVIBLES?
           
Un resumen muy bien elaborado en referencia a este tema lo hace en una reciente publicación el Periódico Digital “El Faro”, quien en su momento fue uno de los más críticos dedicando amplias investigaciones en contra de la tregua entre pandillas.
En su publicación del 13 de Marzo 2016 detalla: el Diario de Hoy eligió para informar sobre la primera entrega, la del 13 de julio de 2012, “Pandillas entregan armas en mal estado”, la Prensa Gráfica publicó en agosto de 2013 una nota sobre las tres entregas titulada “Armas entregadas por pandillas no funcionan”.

En octubre de 2014, cuando ya estaban los análisis policiales completados y con una Ley de Acceso a la Información Pública vigente, La Prensa Gráfica llevó a su titular de portada que se trataba de un “desarme fingido”. Y más recientemente aún, en los últimos días de enero de 2016, los arsenales entregados por las pandillas volvieron a irrumpir en la agenda nacional, cuando varios pandilleros a los que la Fiscalía benefició con criterio de oportunidad a cambio de involucrar a sus excompañeros por el ataque armado contra la Delegación de la PNC en Quezaltepeque), en abril de 2014, reiteraron la idea de que las armas estaban “todas con piezas obsoletas”, según la nota publicada por La Prensa Gráfica el 30 de enero.
            “Los informes sobre cada una de las armas contradicen las opiniones expresadas por los funcionarios del gobierno y de la Fiscalía General de la República críticos de la Tregua. Estas opiniones –con la complicidad de un sector de la prensa– contribuyeron a que en la sociedad salvadoreña se instalara la creencia de que los mareros había dado armas inservibles.”
           
 

“Los análisis realizados en el laboratorio de la Policía Nacional Civil a cada una de las 482 armas que los pandilleros entregaron al Estado durante la Tregua confirman que 387 superaron las pruebas de funcionamiento. Los informes policiales, acallados durante más de dos años, desestiman la versión de que las pandillas –en connivencia con los mediadores– interpretaron un “desarme fingido”.

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